Coca de trampó: el sabor fresco y crujiente del verano mallorquín
Un viaje a Mallorca en cada bocado
Imagina un calor suave, la brisa mediterránea acaricia tu piel. En Mallorca, la coca de trampó significa que ha llegado el verano, las noches a la fresca y comer con las manos cerca del mar. La historia de esta delicia comienza en las panaderías isleñas, cuando se aprovechaba la masa sobrante de pan para crear una base llana y sutilmente aceitosa, ideal para sostener el trampó, esa mezcla de tomate, pimiento y cebolla aderezados generosamente con aceite y sal.
Ingredientes principales para una coca tradicional
Empezamos con lo esencial, sin florituras:
Para la masa
Harina, agua y aceite de oliva (algunas recetas con manteca de cerdo o cerveza para una corteza aún más crujiente)
Levadura (mi madre no le pone) y sal, una pizca de pimentón si queremos pintar la superficie
Para el trampó
Tomate, pimiento verde (blanco) y cebolla.
Aceite de oliva virgen extra, sal, pimienta y pimentón.
Paso a paso para una experiencia crocante
Preparar la masa: mezcla harina, agua, aceite (y levadura si usas); amasa poco hasta que consigas una textura suave y elástica, estira directamente sobre la bandeja.
Escurrir bien el trampó, corta y aliña las verduras. Procura eliminar el exceso de líquido que podría empapar la base.
Montar la coca: pincela la masa con aceite y reparte el trampó de forma generosa.
Hornear: unos 180–200 °C, unos 25 a 45 min, hasta que la corteza tenga el dorado mediterráneo (guiño, guiño) y las verduras se tuesten ligeramente .
Dejar reposar a temperatura ambiente para conservar la textura crujiente.
Consejos desde el cuore para una coca perfecta
Escurrir bien el trampó para evitar que la coca se humedezca .
Pintar la base antes del horneado con aceite y pimentón: realza el color y aporta aroma.
Jugar con la masa: mezcla de aceite y cerveza, un toque de manteca… puedes personalizar, pero manteniendo la simplicidad y el sabor auténtico.
El momento ideal para disfrutarla
La coca de trampó se saborea recién templada o fría, sola o en compañía. En los meses cálidos, se convierte en un aperitivo ideal para compartir a la fresca, en la playa y en reuniones entre amigos. Acompáñala con una copa de buen vino blanco y una tabla de quesos y anchoas.
Por qué enamora esta coca made in mallorca
Sensaciones crujientes: la base fina y tostada contrasta con la frescura del trampó.
Simplicidad y autenticidad: pocos ingredientes, máximo sabor, alma isleña .
Versatilidad: admite variantes como añadir anchoas, atún o calabacín, mientras mantiene su esencia .
“La coca de trampó es el mayor invento de la historia de la humanidad”
Maria Nicolau, chef mallorquina .
Hacia el horno y el corazón
Cierra los ojos y deja que la corteza crujiente se deshaga con el trampó fresco, transportándote a un atardecer junto al mar. Esa es la promesa de la coca de trampó: un pedazo de Mediterráneo en cada bocado.