Cómo organizar un picnic en la playa y no morir en el intento
El verano se saborea mejor con los pies en la arena
El verano es para mí, entre otras cosas, cenar en la playa al atardecer. Mi hermana, mi madre y yo hemos repetido este ritual semana tras semana, verano tras verano, con el mismo impacto en mi cabeza que una clase de relajación en el Tíbet. Un picnic en la playa es El Planazo. Sí, en mayúsculas. Para un cumpleaños, para una cita, para un ‘porque sí’ e incluso para un ‘sí, quiero’.
Cada vez que comento entre mis amigos que a mí no me cuesta nada meter el pareo en la cesta y apañarme un picnic en la playa, no se lo explican. No lo ven como un plan para improvisar, lo consideran un plan que debe hacerse con premeditación. Y como lo entiendo, he creado una checklist definitiva para que este verano tú también disfrutes, sorprendas y vivas un picnic en la playa al atardecer sin morir en el intento.
Elige el lugar perfecto para tu picnic en la playa
Lo único que debes tener en cuenta a la hora de elegir el lugar es que no sea demasiado complicado acceder, que sea cómodo y, sobre todo, que el entorno sea agradable y sereno. Lleva un pareo o mantel lo suficientemente grande como para que lo único que esté rebozado sean las croquetas (y no precisamente de arena). Yo me hice con un pareo de esos gigantescos y así, además de que sólo tengo que llevar una tela para todo (como mesa y como zona de asiento), no dejo hueco vital para la arena en la zona de comida. La arena en los pies me da gustirrinín, pero entre los dientes la odio.
No sin tu capazo mediterráneo
Hazte con un capazo bonito y resistente para llevarlo (casi) todo en el mismo lugar. Es cómodo, práctico y bonito para dejarlo sobre el pareo a modo de decoración. En Mallorca casi todos tenemos una cesta de este estilo y es tan polivalente como el bolso de Mary Poppins. He visto salir de los capazos cosas que no creerías: guirnaldas, toallas, aguas infusionadas, tenedores, tabletas de chocolate y hasta un ramo de flores secas.
Escoge la mejor hora: el atardecer
Decide el mejor momento del día según la época del año. Para estos meses de calor, la mejor opción es al atardecer. Además de que la temperatura es mucho más agradable, los colores en el cielo son dignos de acuarela. No hay televisión, teatro ni cabaret que emita un espectáculo así. Y lo mejor: es gratis.
La comida fácil y deliciosa para tu picnic en la playa
No encuentres la excusa perfecta para no celebrar tu picnic en la playa en este punto, porque tengo infinidad de propuestas que no te van a llevar más de 15 minutos en la cocina. Y no, no se trata de zamparte cualquier menú fast food de camino a la playa (que a veces tampoco está mal). Hablo de comida casera que bien podría haber cocinado mi madre. El menú que me llevé el otro día fue: ensalada de pasta y atún, salpicón de marisco, croquetas de jamón, gazpacho de remolacha y agua infusionada con fresas. Todo fácil de transportar y aún más fácil de disfrutar.
La nevera, tu aliada imprescindible
Venden unas neveras individuales, para dos o tipo mochila que son el invento para todo picniquero playero. Son muy cómodas y aguantan el frío una barbarité. Si el picnic en la playa es para una cena romántica o para celebrar porque sí, te va a ir de perlas llevar una de estas neveras mochileras con una botella de champán como quien no quiere la cosa. Cuando tu compañía te vea desenfundar tal delicatessen con dos copas de plastiquete o bambú (que mola más), van a arrancar los aplausos. Hazme caso y márcate este tanto.
Música en vivo: versión unplugged
¿Tocas el ukelele, la guitarra o la armónica? Llévate un instrumento que controles y deleita a tus invitados con música que maride de perlas con el atardecer. Que no moleste a los vecinos de toalla y que contagie el buen rollo nativo de cualquier puesta de sol. Si no tienes instrumentos, una lista de reproducción con altavoz pequeño también sirve.
Cuida la playa: llévate tu basura
Por último pero no menos importante, llévate un par de bolsas de basura para recoger todo y dejar la playa tal y como la has encontrado (o incluso mejor). Hay que cuidar al mundo para que él cuide de nosotros. Aunque en muchas playas hay cubos de basura, a veces los dejamos tan llenos o los abrimos tanto que el viento hace volar bolsas y latas que terminan en el mar. Y el mar, casi todo lo escupe. Seamos responsables y pongamos nuestro granito de arena para que el mundo siga teniendo el guapo subido.